¿Alguna vez has sentido ese dolor de cabeza punzante o una fatiga inexplicable al superar los 3.000 metros? No es solo cansancio; es probable que estés experimentando el mal de altura.
Conocido también como mal de puna, soroche, apunamiento o mal de montaña, esta condición puede arruinar la expedición de tus sueños si no sabes cómo gestionarla.
En esta guía, te explicamos exactamente qué es, cómo identificarlo y, lo más importante, las estrategias probadas para prevenirlo y disfrutar de la cumbre con seguridad.
¿Qué es el Mal de Altura?
El mal de altura es la respuesta de tu cuerpo a la falta de oxígeno (hipoxia) que ocurre a grandes altitudes. A medida que subimos, la presión atmosférica disminuye, lo que significa que hay menos oxígeno disponible en cada respiración.
Aunque es muy común en los Andes —especialmente en zonas de gran altitud como el desierto chileno o los Himalayas—, su impacto varía de persona a persona. No discrimina por edad, género ni siquiera por condición física.

Síntomas clave: ¿Cómo identificar el Soroche?
Detectar los síntomas a tiempo es vital. El mal de altura generalmente se manifiesta con un conjunto de señales claras:
- Cefalea intensa (Dolor de cabeza): El síntoma más frecuente (sientes que la cabeza te late).
- Náuseas y vómitos: Acompañados a menudo de falta de apetito.
- Agotamiento extremo: Sentir que las piernas pesan el doble.
- Trastornos del sueño: Dificultad para dormir o despertar con sensación de asfixia.
- Sensación térmica desproporcionada: Sentir mucho frío o calor sin razón aparente.
Nota importante: También pueden aparecer edemas periféricos (hinchazón en cara, manos y pies). Aunque molestos, estos últimos no suelen ser un riesgo vital inmediato.
¿Por qué se produce?
Simplificando la fisiología: tu cuerpo necesita tiempo para adaptarse.
- Menos oxígeno: A mayor altura, la presión baja.
- Compensación: Tu cuerpo respira más rápido y el corazón late con fuerza para captar oxígeno.
- Producción de glóbulos rojos: Con los días, el cuerpo produce más "transportadores" de oxígeno.
Si subes demasiado rápido, el cuerpo no logra compensar a tiempo, y aparecen los síntomas.
Guía de Prevención: Cómo evitar el Mal de Montaña
Según mi experiencia acompañando a más de 7.000 personas en ascensos entre 5.000 y 6.800 metros, la prevención es la mejor medicina.
1. Aclimatación Gradual: La Regla de Oro
No intentes subir de 0 a 5.000 metros en un día si no estás acostumbrado.
- Sube despacio: "Camina alto, duerme bajo".
- Días previos: Pasar unos días en una altura intermedia (como San Pedro de Atacama a 2.400 msnm) ayuda enormemente antes de ataques a cumbres mayores.
2. Hidratación Inteligente
En altura, respiras más rápido y el aire es seco, deshidratándote sin que te des cuenta (a veces no sudas visiblemente, pero pierdes agua).
- Bebe constantemente: Agua, isotónicos o té.
- Evita el alcohol: Deshidrata y deprime el sistema respiratorio.
- Evita sedantes: Pueden empeorar la respiración nocturna.
3. Alimentación Ligera
La digestión en altura es lenta.
- Evita carnes rojas y grasas pesadas antes del ascenso.
- Prefiere carbohidratos de fácil digestión.
- Cena ligero la noche anterior.
4. Descanso Mental
- Duerme relajado: La ansiedad consume energía. Convéncete de que la peor situación es simplemente bajar, y eso está bien.
Remedios y Tratamientos: ¿Qué hacer si ya te sientes mal?
Si los síntomas aparecen, no los ignores. Aquí te digo qué funciona:
Remedios Naturales y Tradicionales
- Mate de Coca: Una infusión ancestral muy usada en los Andes. Aunque la evidencia científica varía, la sabiduría local y la experiencia de miles de montañistas respaldan su capacidad para aliviar el malestar estomacal y energizar.
- Ajo: Se dice que ayuda a fluidificar la sangre y mejorar la circulación.
Medicamentos (Consulte a su médico)
Fármacos como la acetazolamida son diuréticos que ayudan a acelerar la aclimatación. Sin embargo, nunca te automediques. Consulta a un especialista en medicina de montaña antes de tu expedición.
La Solución Definitiva: El Descenso
Si los síntomas empeoran (dolor de cabeza insoportable, vómitos continuos, confusión o dificultad para respirar en reposo), la única cura real es BAJAR. Descender 500 o 1.000 metros suele aliviar los síntomas casi de inmediato, actuando como una "cámara hiperbárica" natural.
Mitos y Realidades del Mal de Altura
¿Estar en forma evita el mal de altura? No necesariamente. He observado que la genética juega un rol crucial.
- Una persona musculosa de 120 kg (mucho consumo de oxígeno) puede sufrir más que una persona delgada de 50 kg habituada al running.
- Tener gran capacidad pulmonar ayuda, pero no garantiza inmunidad.
Cuándo preocuparse: Edemas Pulmonares y Cerebrales
Son las complicaciones graves y requieren evacuación inmediata:
- Edema Pulmonar de Altura (EPA): Líquido en los pulmones. Tos con espuma, ruidos al respirar.
- Edema Cerebral de Altura (ECA): Hinchazón cerebral. Comportamiento irracional, incapacidad de caminar en línea recta.
En mis 22 años de experiencia, los casos graves son excepcionales si se respetan los tiempos de aclimatación. Solo he presenciado un caso de edema grave en más de dos décadas, y fue por subir demasiado rápido a un seismil (más de 6.000m).
El montañismo es una actividad maravillosa si se practica con respeto y preparación. Escucha a tu cuerpo, hidrátate y disfruta del paisaje paso a paso.
¿Te estás preparando para tu próxima aventura?
- Asegúrate de ir bien equipado: revisa nuestra guía sobre ropa y equipo de montaña.
- Conoce más sobre la técnica en nuestra sección de montañismo.
Referencias
- Mal de altura. ¿Qué es? Hospital Clinic Barcelona.
- Mal de altura. Manual MSD.
- Mal agudo de montaña. Medline Plus.
- Reglas Sanitarias Generales para Montañeros. UIAA.