Si te apasiona la historia y la cultura ancestral, San Pedro de Atacama es un destino que te cautivará. Más allá de sus paisajes lunares y volcanes imponentes, el desierto más árido del mundo resguarda los vestigios de una de las civilizaciones más importantes de Chile: los Atacameños o Likan Antai.
A los pies del majestuoso volcán Licancabur (5.916 msnm), el pasado cobra vida. Con una antigüedad de aproximadamente 11.000 años, la cultura local recibió influencias de diversas civilizaciones, como Tiwanaku de Bolivia, el Imperio Inca y los conquistadores españoles.
En esta guía, hemos seleccionado los 5 mejores tours y lugares arqueológicos para que conectes con la historia milenaria de este oasis en el desierto.
1. Pukará de Quitor

Ubicado a solo 3 kilómetros de San Pedro de Atacama, el Pukará de Quitor es una antigua fortaleza indígena construida en el siglo XII. Emplazada en la ladera de un cerro de la Cordillera de la Sal, su posición estratégica permitía una visión panorámica y facilitaba la defensa del oasis.
- ¿Qué verás?: Podrás recorrer sus muros de piedra, recintos habitacionales, plazas y corrales. La subida a la cima ofrece una de las mejores vistas del valle y del volcán Licancabur.
- Cómo llegar: Es ideal para una excursión en bicicleta desde el pueblo o mediante un tour guiado.
- Dato histórico: Fue uno de los últimos bastiones de resistencia contra la invasión española en 1540.
2. Valle de Catarpe

A unos 6 km al norte de San Pedro, siguiendo el curso del río, se encuentra el Valle de Catarpe. Este sector fue un importante centro administrativo durante la ocupación Inca (alrededor de 1450 d.C.).
- Historia Incaica: El Tambo de Catarpe es uno de los centros incas más relevantes descubiertos en Chile, utilizado para organizar la conquista hacia los valles de Copiapó y el sur.
- Arquitectura: Podrás observar restos de construcciones sobre terrazas fluviales. Además, destaca la Capilla de San Isidro, construida en 1913 por el colono italiano Lucas Cenzano.
- Experiencia: Es un lugar perfecto para el trekking o mountain bike, rodeado de formaciones geológicas impresionantes.
3. Aldea de Tulor

La Aldea de Tulor es uno de los sitios arqueológicos más antiguos del norte de Chile, con una data superior a los 2.000 años. Ubicada a unos 10 km de San Pedro, esta aldea destaca por su arquitectura única de formas circulares.
- Diseño único: Las estructuras están construidas en adobe y se conectan entre sí formando un laberinto de patios y pasadizos.
- Estado de conservación: Gran parte de la aldea ha sido cubierta por la arena arrastrada por el viento, lo que le da un aspecto misterioso y fascinante.
- La visita: Se recomienda ir con un guía local para comprender la complejidad de la vida cotidiana de los primeros habitantes sedentarios de la cuenca.
4. Pukará de Lasana

Si dispones de tiempo para una excursión más larga, el Pukará de Lasana es una joya que no puedes perderte. Situado a unos 140 km de San Pedro (sector Alto El Loa), es una fortaleza del siglo XII inusualmente bien conservada.
- La Ciudadela: Consta de más de 100 construcciones de piedra unidas entre sí, con calles estrechas y edificios de hasta dos o tres niveles.
- Cultura Viva: Es un testimonio impresionante de la organización social atacameña.
- Ruta recomendada: Este sitio suele visitarse en conjunto con los pintorescos pueblos de Chiu Chiu (que alberga la iglesia más antigua de Chile) y Caspana.
5. Petroglifos de Yerbas Buenas

Para los amantes del arte rupestre, Yerbas Buenas posee una de las concentraciones más grandes de petroglifos en la zona. Ubicado camino a la zona de Arcoíris, fue un lugar de descanso estratégico para las caravanas comerciales que cruzaban los Andes.
- Arte en piedra: Podrás identificar cuatro tipos de arte rupestre con figuras zoomorfas (animales como guanacos, flamencos y monos amazónicos) y antropomorfas.
- Significado: Se cree que estos grabados servían para señalar rutas, marcar presencia o relatar historias de los viajeros que conectaban el Altiplano con la costa.
- Entorno: El sitio cuenta con senderos autoguiados que te permiten caminar entre grandes formaciones rocosas decoradas con historia milenaria.