Dominar la cumbre del Cerro Pular (6.233m) no es solo una cuestión de altitud; es un reto de logística y resistencia en uno de los rincones más aislados de la Puna de Atacama. Si buscas un seismil que escape de las rutas comerciales y exija lo mejor de tu capacidad física, este gigante de múltiples cráteres es tu próximo objetivo.
En Vulcano Expediciones, con más de +27 años liderando rutas en el norte de Chile, sabemos que la clave en el Pular no es solo llegar, sino gestionar la exposición y la falta de agua con precisión quirúrgica.
"El Cerro Pular es, sin duda, una de las ascensiones más exigentes y gratificantes de la zona de Atacama por su aislamiento y belleza volcánica."
Desafío Técnico en el Corazón de Atacama
El ascenso al Pular se clasifica como de dificultad media-alta. Aunque no presenta pasajes de escalada técnica extrema, su mayor defensa es el entorno. La aproximación es larga y la ausencia total de agua durante la ruta obliga a una carga logística pesada y estratégica.
La altitud de 6.233 metros requiere una aclimatación previa impecable. No subestimes el impacto del viento en este sector de la cordillera, que puede transformar una jornada exigente en una prueba de supervivencia si no cuentas con el equipo y la guía adecuada.
Ruta de Ascenso y Logística Estratégica
La ruta principal se aborda por la ladera suroeste. El ascenso se realiza por la cara oeste, conectando con el portezuelo Pular-Pajonales. Desde allí, nos espera una zona llana, a menudo cubierta de nieve, que nos guía hacia el punto más alto del macizo.
- Día de Cumbre: Una jornada intensa de entre 10 y 14 horas de actividad.
- Desnivel: Exigente, sorteando acarreos y posibles neveros según la temporada.
- Terreno: Superficies volcánicas inestables que requieren buen uso de bastones y, ocasionalmente, crampones.
La seguridad es innegociable. En estas altitudes, cada decisión cuenta y la experiencia de nuestros guías garantiza que el margen de error se reduzca al mínimo.
Mejor época para la expedición
Si bien el Pular se puede intentar durante todo el año, la ventana ideal se sitúa entre septiembre y diciembre. Durante estos meses, el clima en Atacama es más predecible, evitando las nevadas severas del "invierno boliviano" que ocurren entre enero y marzo.
En invierno (junio a agosto), la estabilidad es mayor pero las temperaturas pueden desplomarse hasta los -20°C. Solo recomendamos esta ventana para montañistas con experiencia probada en frío extremo y logística de alta montaña.
¿Estás listo para el desafío? Únete a nuestra próxima expedición y alcanza la cumbre del Pular con la confianza que solo Vulcano puede ofrecerte.