Estás a 20 metros del suelo, tus antebrazos arden por el ácido láctico y tu única obsesión es "chapar" el siguiente seguro. Miras la chapa y te asalta la duda: ¿Es un parabolt nuevo y fiable o un viejo espit oxidado?
En la escalada, tu vida depende literalmente de esos pequeños trozos de metal incrustados en la roca. La ignorancia aquí no es una opción; es un riesgo innecesario.
Saber diferenciar entre espits, parabolts y anclajes químicos no es solo "cultura general" de montaña, es la habilidad crítica que te permitirá evaluar la seguridad de una vía antes de comprometerte en ella. En este artículo, desglosamos la anatomía de tu seguridad en la vertical.
¿Qué son exactamente los anclajes?

Un anclaje es, en esencia, cualquier punto seguro que no es parte natural de la roca o el hielo, diseñado para detener una caída o permitirnos progresar. Su misión crítica es disminuir la altura de caída potencial.
Imagina una vía de 20 metros sin seguros: una caída desde el top sería fatal. Al dividir esa distancia con anclajes cada 2 o 3 metros, convertimos una caída mortal en un "vuelo" controlado de pocos metros.
Aunque en la escalada clásica usamos seguros temporales (friends, fisureros), hoy nos centraremos en los anclajes fijos de la escalada deportiva, donde la fiabilidad se presume total... o debería.
Tipos de Anclajes en Escalada Deportiva
La evolución del equipo de montaña ha sido brutal. De los clavos oxidados de los pioneros a la ingeniería química moderna. Aquí tienes los tres protagonistas que encontrarás en la roca.
1. Clavos (El Legado)

Son los ancestros. Hoy en día son raros en escuelas deportivas modernas, pero comunes en vías clásicas o de aventura. Son piezas de metal martilleadas a fuerza bruta en grietas naturales.
- El riesgo: Es difícil saber qué tan bien están puestos. Dependen de la fricción y la compresión de la roca.
- Identificación: Suelen tener un ojal para el mosquetón y a menudo muestran signos de óxido (color anaranjado/negro).
- Veredicto: Úsalos con precaución extrema. Si se mueven o sobresalen demasiado, no confíes tu vida en ellos si puedes evitarlo.
2. Espits (El Viejo Estándar)

Durante décadas fueron los reyes, pero hoy están en desuso por buenas razones. Consisten en un taco de autoexpansión corto (unos 3 cm) colocado manualmente con un burilador.
- Resistencia: Limitada a unos 12-18 kN a cizalladura.
- El Problema: Al ser cortos, trabajan muy superficialmente en la roca. Además, la corrosión interna puede ser invisible hasta que fallan.
- Identificación: Lo que ves es la cabeza de un tornillo hexagonal (no una tuerca) apretando la chapa.
- Consejo de experto: Siguiendo las recomendaciones de seguridad actuales, evita proyectar vías equipadas exclusivamente con espits viejos si tienes opciones más modernas.
3. Parabolts (El Estándar Actual)

Es la evolución lógica. Si vas a cualquier escuela de escalada moderna, esto es lo que verás en el 90% de las vías. Son pernos de expansión mucho más largos (aprox. 9 cm), lo que garantiza un agarre mucho más profundo y sólido en la roca.
- Resistencia: Excelente, entre 17-25 kN.
- Identificación: A diferencia del espit, aquí verás una tuerca y el espárrago roscado sobresaliendo.
- Mantenimiento: Una gran ventaja es que, si la chapa se daña, se puede desenroscar la tuerca y cambiarla fácilmente.
Tip Pro: No te asustes si una chapa de parabolt gira un poco. Mientras la tuerca no esté a punto de salirse y el espárrago no sobresalga excesivamente (indicando que se está saliendo), suele ser seguro. Si tienes una llave (o dedos fuertes), apriétala.
4. Anclajes Químicos (La Excelencia)
Son el "Gold Standard" de la seguridad en la escalada deportiva. No funcionan por expansión mecánica (que puede fracturar la roca blanda), sino mediante una resina epoxi de alta resistencia que une el acero a la roca a nivel molecular.
- Resistencia: Brutal, de 25-50 kN. A menudo rompe la roca antes que el anclaje.
- Identificación: Verás un bucle o "U" de acero grueso saliendo directamente de la roca, a menudo con restos de pegamento visible alrededor. Sin tuercas, sin tornillos.
- Durabilidad: Son prácticamente eternos (especialmente los de acero inoxidable marino) y son la única opción segura en roca blanda como la arenisca caliza porosa.
Cómo evaluar la seguridad antes de subir
No asumas que todo lo que brilla es seguro. Haz un chequeo visual rápido:
- Corrosión: ¿Hay manchas de óxido chorreando por la roca? Mala señal.
- Movimiento: ¿El parabolt baila en su agujero? Peligro inminente.
- Ubicación: ¿Está puesto en un bloque que suena a hueco si lo golpeas?
El Punto Crítico: Reuniones y Descuelgues
Si los seguros intermedios son importantes, la reunión es sagrada. Es donde confías todo tu peso al descolgarte.
Un descuelgue seguro siempre debe tener redundancia. Nunca confíes en un solo punto. Las reuniones modernas usan dos puntos de anclaje (parabolts o químicos) unidos por una cadena de acero y una argolla o mosquetón de descuelgue. Esto asegura que si uno falla catastróficamente, el otro te salvará.
La escalada es un deporte de gestión de riesgos. Conocer tu equipamiento y el estado de la pared es tan importante como entrenar tus dedos. Equípate bien, revisa los seguros y ¡disfruta de la roca con confianza!
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