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Como subir y preparate para un seismil

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Los números atraen en montaña; siempre ha sido así, desde los inicios de la actividad, al menos en el ámbito deportivo.

Los Incas, por ejemplo, adoraban a sus dioses ascendiendo las más altas cumbres, donde dejaban ofrendas incluso humanas en señal de agradecimiento y otras motivaciones. Probablemente no sabían si estaban en los seismiles, pero para ellos resultaba fundamental acercarse a sus deidades alcanzando estos elevados puntos.

¿Por qué subir a un seismil?

Los seismiles: montañas que superan los 6.000 m sobre el nivel del mar.

De acuerdo. El ascenso de un 6 mil es el paso natural para quienes buscan en las grandes alturas el objetivo personal de montaña; es una prueba física y, principalmente, mental a superar. Y exige mucha motivación porque, aunque existen 6 miles de muy fácil acceso, nunca resulta simple alcanzar esta marca mítica.

Si estás pensando en alcanzar esta cifra es porque ya pasaste por varias pruebas anteriores, desde constantes ascensos a cerros simples, pero físicamente pesados.

El paso natural y entendible dentro de la categoría “altura” es probarse en cotas extremas y lo que sigue es, naturalmente, los 6 miles.

Preparación para subir a un seismil

1. Consulta las condiciones meteorológicas

El tiempo en la montaña es muy variable y puede cambiar de repente. Si eres  previsor, podrás ahorrarte muchos contratiempos.

2. Preparate para cualquier inconveniente

Lleva equipo de sobra, asegurate de llevar toda la ropa necesaria, además nunca debe faltar la comida. Siempre lleva un Botiquin de primeros auxilios. Si vas en auto o en camionera lleva respuestos y herramientas.

3. Planifica la ruta de la montaña

Organizar una ruta de trekking requiere de una preparación previa en casa. Cada vez son más las personas aficionadas a hacer senderismo y a salir a disfrutar de la montaña, pero para aventurarte en la naturaleza, hay que saber planificarse previamente para evitar cualquier problema o contratiempo.

Las escaladas están clasificadas por altura, en tramos de 1.000 metros, desde 4K hasta 8K. Además hay un sistema basado en la inclinación y el riesgo, 1 significa llano y sin riesgo, en el 2 y 3 aumenta la pendiente y los obstáculos, en el nivel 4 hay todo tipo de terreno y el 5 es muy técnico y requiere ser capaz de escalar en roca. Los grados alpinos son similares y van desde F (fácil), pasando por PD, AD, D, TD hasta ED (extremadamente difícil).

No te pases de ambicioso. Es mejor sentirte contento con lo que has logrado que frustrado, porque no has alcanzado tus metas.

5. Mantenerse fitness es clave

Entrena con peso: ¡2 kgs. a nivel del mar se vuelven 5 en la altura! Como parte de tu entrenamiento (y esto es lo que yo más hago), es importante que a los hikes que vayas antes, subas con peso extra en tu mochila, puedes echar agua extra, subir garrafones o echar inclusive piedras a tu mochila. Esto te ayudará a acostumbrarte a que tu mochila pese “más” de lo normal.

En general y como para cualquier cerro, el entrenamiento debe ser constante y con varios meses de antelación y no dejarlo para las últimas semanas previas al ascenso, pues no sólo no se conseguirá la forma física adecuada, sino que también se expone a lesiones por un sobreentrenamiento o uno, derechamente, mal ejecutado.

Entrenamiento aeróbico en la semana y cerros lo más seguido posible, dejando un margen de tiempo para darle descanso al cuerpo antes del ascenso final.

Sube escaleras y montañas: Mover tus piernas en dirección cuesta arriba es mover unos músculos que ni tú sabías que tenías, y claro …¡va a doler! Así que no te esperes a saber lo que se siente y entrena de la manera más similar posible a lo que será la expedición, usa las escaleras en lugar de los elevadores, cada vez que puedas y sin importar cuantos pisos sean y vete a la montaña más cerca de tu casa lo más seguido posible.

¡No hay excusas! Si estás en una ciudad donde no hay muchas montañas alrededor, ve a un gimnasio y entrena en la máquina de subir escaleras.

Duerme en altura: Tu entrenamiento tiene que ser lo más similar posible a la experiencia. Ve al punto más alto que exista en tu ciudadad e intenta dormir a 3000 msnm al menos e ir aumentando.

Equipo para subir un seismil

Equipo para subir un seismil

Si vas a pasar la noche en la cumbre, además de una mochila, necesitas llevar una carpa para acampar, sleeping bag (si es térmico mejor), frazada térmica, nylon y lazo para reforzar la carpa si llueve.

  • Mochila adecuada
  • Carpa de acampar —depende de la cantidad de personas—
  • Sleeping bag —mejor si es térmico—
  • Nylon y lazo para reforzar la carpa en caso de lluvia o mucho viento
  • Frazada térmica

Equipo opcional para la montaña

  • Navaja multiusos
  • Botiquín de primeros auxilios
  • Brújula
  • Linterna y baterías extra
  • Bastones
  • Cuerda
  • Bloqueador solar

Te recomendamos que le heches un vistazo a nuestra sección de Equipo de Montaña.

Ropa necesaria para el trekking

Ropa necesaria para el trekking

En ninguna circunstancia se debe subir un volcán sin usar la ropa adecuada para soportar la temperatura. Es necesario llevar gorro para el frío, gorra, pants de nylon o impermeable, zapatos con tarugos o botas para montaña.

También debes incluir chaqueta rompevientos, camisas térmicas, calcetines de lana para la noche, pañuelo para cubrir la cara, bufanda y gafas. No olvides que necesitas una mochila del tamaño adecuado para llevar tu ropa, comida y equipo.

  • Mascarilla.
  • Gorro para el frío.
  • Gorra.
  • Pants de nylon o impermeable, ya que la lona y el algodón no se secan rápido.
  • Zapatos con tarugos o botas de montaña.
  • Chumpa rompevientos.
  • Uno o dos sudaderos gruesos, depende de tu comodidad.
  • Camisas térmicas.
  • Medias o calcetines de lana para la noche.
  • Pañuelo o buff para cubrirte la cara.
  • Bufanda.
  • Lentes.

Te recomendamos que le heches un vistazo a nuestra sección de Ropa de Montaña

¿Cuál seismil debería subir primero? (Chile)

¿Cuál seismil debería subir primero? (Chile)

Los Andes no tiene pocos: ¿36 – 37? Sí, lo pongo en tono de pregunta porque hay algunas cumbres donde se discute si su altura supera o no esta barrera. Y están ahí, al alcance de la mano.

Sobran. Sí, hay muchos, por lo mismo resulta determinante la elección. Aunque suene elemental, no es lo mismo el Nevado del Plomo (6.067 m) en la RM que el volcán San Francisco (6.018 m), en Atacama.

Los cerros y volcanes del norte del país son ideales: breves o nulas aproximaciones, cercanía con campamentos bases comunes o incluso pueblos (San Pedro de Atacama), rutas simples y directas, etc., por lo tanto, son una buena fuente de iniciación. Recomendamos: Volcán San Pedro, Volcán San Pablo, Volcán Aucanquilcha, Volcán Llullaillaco, Volcán Pili, Volcán Palpana, Volcán Acotango, Volcán Salín.

Puedes ver más seismiles en nuestra sección de expediciones a seismiles.

Riesgos de la altura

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AMS “altitude mountain sickness”

El mal de montaña suele ser algo como una “cruda” después de una larga noche de fiesta y buenos tragos, los síntomas pueden variar pero lo más común es que te sientas mareado, te duela la cabeza, tengas náuseas o te sientas muy cansado.

Esto puede transformarse en muchas otras cosas si no las atiendes, es por eso que es importante que hay que hacer caso estos síntomas con tiempo y siempre avisarle a tus guías o a tus compañeros cómo te sientes.

Edema

El edema se produce cuando hay una acumulación excesiva de líquidos en el cuerpo y puede darse en diferentes zonas:

Edema pulmonar de altura (EPA)

Esto dificulta la respiración y, como su nombre lo indica, es un exceso de líquido en los pulmones que impide que las cavidades se abran y se llenen de aire. En la altura, incluso una ligera gripa puede transformarse en un edema pulmonar, aunque también puede ser ocasionado por problemas cardiacos.

Algunos de los síntomas son tos, fiebre o molestia en el pecho. Es de suma importancia que lo primero que hagas cuando tienes síntomas de edema, desciendas de la montaña y pierdas altura.

Edema cerebral de altura (ECA)

Es una acumulación de líquidos en el cerebro y requiere de acción inmediata ya que también pone en peligro la vida. Algunos síntomas son vómito, sentir confusión, un intenso dolor de cabeza y mucha inestabilidad. Si alguien se comporta de una forma irracional o muy extraña, puede ser otra señal de un edema cerebral.

Si crees tener síntomas de edema cerebral o que alguno de tus compañero puede estar sintiéndolo, lo que debes hacer es actuar inmediatamente y buscar recibir atención médica, no queda otra opción más que descender de inmediato.

Cuidados y seguridad para el trekking a un seismil

  • Siempre que salgas a la montaña deja dicho donde vas. Si vas solo, lleva algún dispositivo de seguimiento remoto.
  • El material y equipo que necesites deberá estar siempre en perfectas condiciones de uso.
  • Guarda fuerzas para el regreso. Nunca tengas prisa en la montaña. Si es preciso, hay que saber renunciar.
  • Utiliza los mapas y libros. Si careces de experiencia acude a los guías de montaña.
  • Realiza cursos de primeros auxilios y socorro en montaña. Te enseñarán a prevenir y a actuar en caso de accidente.
  • Inicia las excursiones consultando las previsiones meteorológicas y el riesgo de aludes. Atención a las tormentas en los barrancos.
  • Durante la semana cuida tu preparación física. El montañismo exige estar en buena forma.
  • Acude a los cursos de formación y reciclaje de los clubes, Federación de Montaña o Guías de Montaña.
  • Diviértete, pero sé siempre prudente. Vela por tu seguridad y la de tus compañeros. Sé solidario.

Cómo aclimatarse para un seismil

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Acomodación

El primer signo de «acomodación» que se manifestará en nuestro cuerpo una vez que nos expongamos a grandes altitudes será el aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca. Se acelerarán nuestros latidos y las respiraciones se volverán más profundas.

Esta etapa corresponde a la rápida respuesta del organismo a la hipoxia (es decir, al estado de deficiencia de oxígeno en la sangre y nuestros tejidos).

El proceso de acomodación tiene una duración variable en cada individuo, por lo que es importante tomar con calma los primeros días de expedición, hidratarse bien y evitar el ejercicio intenso.

Aclimatación

Lo que se conoce como “aclimatación” es la etapa siguiente a la de “acomodación” y su inicio se reconoce principalmente por la estabilización de la frecuencia respiratoria y cardiaca.

El proceso de aclimatación puede llegar a durar semanas; es específico para las altitudes que se trabajan y se puede resumir diciendo que se trata del aumento de glóbulos rojos en nuestra sangre (aunque también existen otros cambios fisiológicos), con el fin de optimizar el transporte de oxígeno hacia las células.

¿Cuanto dura la alimatación?

Es importante considerar que la aclimatación se mantiene por alrededor de 10 días. Así, si estamos aclimatados a una altitud de 3.500 m y bajamos 10 días al nivel del mar, nuestro cuerpo perderá el proceso realizado, por lo que deberemos volver a realizar el proceso desde cero…

Sin embargo, existe algo que se llamado “memoria de aclimatación”, la que permite que el cuerpo sepa a lo que se está exponiendo y su respuesta compensatoria será, por ende, más controlada.

Recomendaciones para aclimatarte para tu primer sesmil

  • Hidrátate constantemente (más de 3 litros diarios).
  • Para expediciones cortas, no comas alimentos pesados y evita las grasas. Opta por una dieta basada en hidratos de carbono.
  • Planifica tu expedición; sube a grandes alturas de manera gradual y avanza lento.
  • Acampa algo más bajo que la altitud alcanzada durante la actividad de día.
  • Respeta tu ritmo personal y el de tu cordada.

Recomendaciones para tu primer seismil

  • Comenzar con un 6 mil de fácil acceso. Puede sonar lógico, pero escoger uno de la zona central del país no es una elección que reúna esas condiciones, pues todos están alejados, mientras que en el norte, es posible alcanzar la base de ellos casi a 5 mil metros en un auto 4×4.
  • Vuelvo a señalar que ayuda sumar algunas horas de exposición a la altitud ascendiendo clásicos que no resulten tan exigentes como el objetivo final: Pintor, Leonera y, con el respeto que se merece, el gran Plomo.
  • Escoger un menú adecuado, pues algunos alimentos en estas cotas se cocinan a menor temperatura y no quedan bien; además, normalmente se pierde un poco el apetito y quizás no den muchas ganas de comer. También debe escogerse una comida que no caiga demasiado “pesada” al estómago.
  • No pretendo hablar de fisiología de altura, pero los avances —y retrocesos— en la aclimatación se registran durante las noches precisamente en altura: si duermen bien, se puede traducir positivamente en el rendimiento posterior.
  • Subir de a poco: sobre los 3.000 m, ganar no más de 1.000 m de desnivel.
  • No saltarse campamentos.
  • Si la ruta lo amerita, realizar porteos de equipos a mayores altitudes y permanecer un tiempo en ese nuevo campamento, para luego descender al punto de inicio: no sólo cargarán menos equipo la jornada venidera, sino que además ganarán algunas horas de altura para luego dormir a una menor. Sí, ayuda.
  • Pasar mucho tiempo en campamentos altos para ganar aclimatación en ocasiones sólo desgasta al cuerpo y éste llega más cansado al objetivo final.
  • Molestias derivadas del mal de altura (como dolores de cabeza, respiración acelerada y problemas en el sueño) son normales hasta cierto punto. Aprende a reconocerlas y tratarlas si es necesario, para así no dar pie al siguiente nivel, que es donde se presentan mayores problemas.
  • Ojo con el frío; no corras ningún riesgo de hipotermia y congelaciones, aunque eso te signifique abandonar un proyecto muy anhelado. ¡Vístete y equípate bien!
  • Considera que el tiempo puede ser inestable y que no debes confiarte de las estaciones. Por ejemplo, aunque sea verano, el invierno boliviano puede golpear la zona de Atacama, por lo que es posible que haya tormentas y mucha nieve. También hay que tener ojo con los vientos. Ráfagas de hasta 110 km/h pueden barrerte de la cima del Incahuasi, por ejemplo.
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